Mi Copenhague

Copenhague entra directamente por méritos propios en el ranking de mis ciudades favoritas del mundo, por muchas razones pero sobre todo por el modo de vida de los lugareños, por el ritmo de la ciudad, por lo acogedor de los cafés… Hygge es la palabra que ellos usan para definir un sitio agradable, que invita a pasar la tarde, con la familia, con amigos, tomando una copa de vino o un café. Hospitalarios, tranquilos, educados, ordenados, limpios, así son los daneses.

Lo que más me ha gustado:

  • La pasión por el café. Les gusta tanto y lo hacen con tanto amor que es imposible que les salga mal. Destaco los cremosos y apetecibles cafés de: The Coffee Collective, Kompa’9,  Kleist Kafe, Clarrod’s Interior, The Laundromat Cafe y el coffee truck del Botanisk Have. Utilizan mucho los términos italianos para referirse al café: macchiato, latte… pero sorprende encontrarse un cortado, como en España, aunque es un poco más grande que el nuestro. Todo ello se puede acompañar para desayunar del clásico croissant francés o algo de bollería típica del país, esos enormes bollos esponjosos de canela o crema; o hacerlo más sano con un tazón de granola con yogur, o panes negros y zumos vegetales.

Copenhagen coffees

  • El buen comer y el gusto por los alimentos de calidad. Buena fe de ello el mercado gourmet de Torvehallerne, donde puedes encontrar productos frescos de todo tipo: carnes, pescados, verduras… , así como puestos de comidas preparadas y delicatessen de todos los lugares del mundo, cafés, pan, pasteles, helados, plantas, sushi, especias,… Se puede encontrar de todo. Grandes mesas invitan a sentarse con desconocidos y en días de sol el ambiente es muy agradable. También, de reciente apertura y más alejado del centro, el Copenhagen Street Food Market en la isla de Papirøen, donde puedes encontrar dentro de una enorme nave industrial junto al río, un montón de food trucks con comidas de diversas partes del mundo. También mesas en el exterior y hamacas de uso libre para recostarse al sol (cuando lo hay). Edición: desde julio 2016 esta zona de la ciudad está unida al centro por el nuevo puente peatonal Inderhavsbroen. Edición 2: lamentablemente el Copenhagen Street Food Market ha cerrado sus puertas, pero algo nuevo se está cociendo.

Copenhagen TorvehallerneCopenhagen Food Street Market

  • Lo ordenado de su ritmo de vida. Todo el mundo sabe lo que tiene que hacer, nadie dice una palabra más alta que otra, son respetuosos con las normas, esperan en los semáforos aunque no esté pasando ni el viento, a la vista está que la ciudad está diseñada por y para el orden de las bicicletas, los coches son secundarios. No he estado en Amsterdam, así que no puedo comparar, pero creo que Copenhague ha ganado varios años el mérito de ser la ciudad del mundo más preparada para ciclistas. Lo que he visto aquí es que la cultura de la bici es sagrada. Uno de cada tres ciudadanos va en bicicleta al trabajo: señores con traje y corbata, chicas entaconadas, señoras mayores a hacer la compra, estudiantes, niños,… todos. En cada intersección hay unos soportes para apoyarse mientras esperas, se forman pelotones y es curioso verlos arrancar todos a una cuando se pone verde. En el tren y el metro hay vagones especiales para transportarlas. En las escaleras siempre hay una pequeña rampa lateral. La gente las cuida, las mima, las hay de todos los colores, con cestos adornados, y en cada esquina una tienda de accesorios y reparación, con hinchador gratis en la puerta. Curioso también el puente naranja para ciclistas «The Snake» que serpentea por la zona nueva de Fisketorvet.

Copenhagen Streets

  • Los parques, cementerios y jardines. Cuidados hasta la saciedad, limpios, verdes, frondosos, verdaderos pulmones de la ciudad. Especialmente bonito aunque pequeño, el Botanisk Have (Jardín Botánico) o el jardín que rodea al fortín de Kastellet. También impresiona ver a los locales hacer footing entre las tumbas centenarias del Assistants Kirkegård, el denso y verde parque cementerio donde está enterrado Hans Christian Andersen, auténtico héroe nacional. Además, cada tienda, cada café, tiene en la puerta unas macetitas o cajones con plantas, aromáticas, flores… que lo hacen más hygge si cabe. Curioso acercarse al Superkilen Park, parque urbano que representa la diversidad cultural de la ciudad.

Copenhagen ParksCopenhagen Shops

  • No es tan cara como parecía: 30 DKK por un buen café con leche (4€) quizás también lo pagaría aquí. No cada día, claro. 160 DKK por una comida abundante, servida en mesa con mantel, también es más que aceptable (22€). 60 DKK por una hamburguesa completa en el CPH Street Food Market (8€). Una de las mejores que he probado en mi vida, por cierto. 210 DKK ida y vuelta a Malmö cruzando sobre el puente de Øresundsbroen (28€).
  • Calles de moda: Jægersborggade, en Nørrebro, junto al barrio musulmán y el cementerio de Assistants. Værnedamsvej, en el elegante barrio de Frederiksberg. ElmegadeRavnsborggade, junto al puente que cruza a Nørrebro. Kompagnistræde, cruza el centro y no es tan comercial como su paralela Stroget.

Copenhagen Streets

  • El diseño danés. Conocidos son sus diseños de lámparas y sillas,.. pero como nada de eso me lo podía traer, sólo pude hacerme con pequeños objetos de decoración. Hubiera querido llevarme el mono de Kay Bojensen, pero es prohibitivo! Lo busqué de imitación y nada…! Sin embargo pude permitirme un precioso pájaro de Lucie Kaas. Saben como nadie dar con los detalles adecuados en la decoración del hogar, y si lo quieres encontrar todo junto en un mismo sitio, Illums Bolighus. Los almacenes HAY también son una perdición.

Copenhagen design

Lo malo:

  • Supongo que debe ser el clima. Sólo 64 días de sol al año pueden desesperar a cualquiera.
  • El idioma. Es ininteligible. No llegué más allá del tak (gracias). Pero eso sí, hablan inglés perfecto, tanto mayores como jóvenes. En la televisión no doblan nada, ni series, ni películas, ni las noticias, ni siquiera los anuncios… todo subtitulado.
  • La Sirenita. Ya me habían dicho que no valía la pena, pero no iba a irme de la ciudad sin verla, no? Además, está cerca del centro dando un agradable paseo.
  • La zona del Tivoli Rådhuspladsen. Seguro que tiene su encanto, hay que saberlo buscar, pero quizás el día no acompañaba (llovía a mares), había una feria del pescado (malos olores) y eso se ha quedado en mi memoria para siempre. Pero aún quitando esas percepciones sensoriales, esta plaza me pareció triste, como antigua, pasada de moda, los carteles de neón setenteros sobre edificios de ladrillo, todo como muy soviético. Al Tivoli no entré, llovía. Y luego, seguí camino hacia un nuevo barrio en auge, el Meatpacking District, pero la ruta por la calle Istedgade, el barrio rojo de Copenhague, hizo que me desviara y me lo perdiera.

Recomiendo:

  • Coger una excursión hop on-hop off en barco. 95 DKK (13€). Puede hacerte sentir como un guiri, pero es que lo eres!!! Y es la mejor manera de recorrer la ciudad y verla desde otro ángulo. Te permite bajar en cada parada y coger el siguiente barco, durante todo el día. Sólo así puedes llegar con cierta facilidad a la isla de Papirøen, pasar por delante de la Ópera, parar delante de la Sirenita, llegar hasta la fortaleza Trekoner, navegar por el canal de Christianshavn, admirar la iglesia con torre en espiral (Vor Frelsers Kirke), darte un paseo por Christiania (no es tan fiera como la pintan)… Además, el audio te va contando en castellano curiosidades de la ciudad, me llamó la atención la historia del Bluetooth.
  • Subir la torre circular Rundetaarn, ya de por si la subida en cuesta es curiosa, pero las vistas de la ciudad son espectaculares.
  • Darse un capricho y comer un buen pescado o un tartar en el Schønnemann, toda una institución de la ciudad.
  • Si coges el metro, te recomiendo pillar en el primer vagón uno de los primeros asientos en el sentido de la marcha. El metro de Copenhague no tiene conductor, ni locomotora, así que vas sentado viendo como circulas por los túneles.
  • Los hoteles en Copenhague son caros, pero si tienes oportunidad recomiendo el Ibsens, por su fantástica situación junto al mercado Torvehallerne, con metro directo al aeropuerto, y perfecto para explorar caminado la ciudad en cualquier dirección.

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Algunas de las fotos en Flickr.

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